La insuficiencia cardíaca en los entornos de países desarrollados su índice de prevalencia ronda el 2% aproximadamente abarcando el 10% en personas de más de 70 años.
A nivel global la insuficiencia cardíaca está aumentando y esto es debido a que los tratamientos actuales en la cardiopatía isquémica como por ejemplo en el infarto agudo de miocardio (que más adelante veremos que se trata de la etiología más importante de padecer una insuficiencia cardiaca) hace disminuir la tasa de mortalidad prolongando más la supervivencia de los enfermos. A pesar de que los pacientes viven más años, la insuficiencia cardiaca va deteriorando al paciente progresivamente haciendo que los ingresos aumenten cada vez más.
Se comenta que la trayectoria en términos de tiempo va a ir incrementando la prevalencia de padecer insuficiencia cardíaca y por lo tanto un mayor coste económico para las entidades sanitarias.
Un aporte interesante que deberíamos de tener en cuenta es en relación con el género, a pesar de que las mujeres presentan una incidencia inferior que los hombres en padecer insuficiencia cardiaca representan aproximadamente la mitad de los eventos de insuficiencia cardiaca debido a su mayor esperanza de vida.
Deberíamos de preguntarnos… ¿Podríamos estar hablando de una epidemia en el siglo XXI?